Alargar Portugal (II): la campaña

La campaña oceanográfica más importante de la historia de Portugal salío de la Doca Rocha Conde de Óbidos, en la orilla norte del Tajo a su paso por Lisboa. Para transportar a toda la masa humana necesaria para cubrir los objetivos de la expedición, se utilizaron tres embarcaciones. Dos de la marina portuguesa: el buque oceanográfico Almirante Gago Coutinho (antiguo buque espía americano), y la lugre Creoula (buque de instrucción, antiguo buque nodriza de la pesca del bacalao a bordo de doris), y una carabela civil, la Veracruz.

Lugre Creoula

El contingente humano científico, civil y militar estuvo comprendido por buceadores científicos y profesionales, más de 70 investigadores de 30 universidades y centros de investigación portugueses e internacionales, y alrededor del centenar de militares de la Marinha Portuguesa, sin olvidarnos de los voluntarios de la Asociación Aporvela.

Además, perfectamente asentado en su cama a popa del Gago, lucía la verdadera estrella de la campaña y una de las perlas de la EMEPC: el ROV Luso, uno de los pocos del mundo capaz de bajar hasta los 6000 metros de profundidad.

ROV Luso. Tomado de http://www.mdn.gov.pt

Con todos los honores, la expedición partió a las 20.30 de la tarde rumbo suroeste. La navegación, favorecida por los vientos del norte, fue apacible y acompañada por la visita ocasional de cetáceos, aves marinas y tortugas…

Tras 6  largos días (con escala en Funchal) saltó la noticia pasada la media noche, cuando se el vigía detectó por proa los faros de las dos islas de destino: A Selvagem Grande e a Selvagem Pequena.

Los científicos embarcados en los dos veleros  centraron sus esfuerzos iniciales en la Selvagem pequena (intermareal y submareal), a la vez que el Gago realizaba sus primeras inmersiones profundas con el Luso.

Aspecto del campamento base del equipo de intermareal

Rápidamente cada equipo cogió su rutina: unos a bucear y otros a recorrer el intermareal (abundante en la pequeña de las islas), con el Gago siempre cerca. La isla pequeña es básicamente una plataforma rasa con un único pico de 45 m de altura, llena de aves marina como las pardelas cenicienta (Calonectris diomedea; cagarra en protugués) o los paiños pechialbos (Pelagodroma marina; calcamar en portugués), además de dos guardias de la naturaleza. El intermareal y alguna playa rodea la isla, sólo interrumpido por los restos de un mercante naufragado décadas atrás.

Llegada a Selvagem Grande

Con la isla pequeña inventariada, el 18 de Julio la expedición al completo se trasladó a la Selvagem Grande, una isla acantilada con una pequeña bahía, único acceso abrigado a tierra firme. Allí esperaban otros dos vigilantes de la naturaleza y una simpática perra, Selvagem, astuta y buena conocedora de todas los rincones de la isla. Las cosas iban bien, y así lo reflejaba la cadena de televisión SIC.

Pero el susto de la campaña estaba por llegar. Y ocurrió la madrugada del 22 al 23 de Junio, cuando los pilotos del ROV procedían, como cada noche, a subirlo a superficie después de una inmersión sin incidentes. No debe ser plato de buen gusto pasar por la experiencia que a ellos les toco vivir, pues cuando o Luso se encontraba a pocas decenas de metros de superficie, se perdió la comunicación por unos segundos (¡apagón general!), para comprobar poco después que el umbilical ascendía sólo…al mismo tiempo que la joya de la expedición descendía, ya libre, hasta los 615 metros de profundidad,  para acabar posándose en un punto cualquiera del canal que comunica las dos islas. Desde un golpe de un animal a un arrastrero o un cable sumergido, las hipótesis eran muchas para intentar explicar lo inexplicable, pero ninguna encajaba… La noticia saltó a las primera páginas de los periódicos nacionales al día siguiente… «O Rov Luso afundese nas Selvagens«. Tragedia nacional, y no era para menos. (Escucha al jefe de la campaña, Manuel Pinto Abreu, hablar sobre la campaña y la pérdida del ROV)

No había tiempo que perder, a las pocas horas los responsables de la expedición ya estaban negociando cómo recuperar el Luso. La decisión estaba tomada: otro ROV vendría a buscarlo…aunque estaba localizado, sonaba a buscar una aguja en un pajar. La otra parte de la expedición, sin embargo, tenía que seguir, y así fue. El poco intermareal de la isla grande se inventarío en los días venideros, se buceó en más de 20 puntos y se llevaron a cabo estudios con la simpática pardela cenicienta.

Así, el día 28 de Junio, la carabela Veracruz y la lugre Creoula, pusieron rumbo a Madeira, a donde llegarían dos días después. Con la misión cumplida, una cena de confraternización era obligada, y así se hizo, aprovechando la ocasión para volver a la civilización el día que Portugal plantó cara a España en el Mundial que a la postre se llevaría la Roja. 4 días más tarde, y tras una no fácil travesía rumbo noreste, llegaba la lugre Creoula al Alfeite, base naval de Lisboa… era 5 de Julio, tarde de calor asfixiante en Lisboa…

Pero quedaba algo pendiente, gran parte de los esfuerzos y las esperanzas de un País por ampliar su plataforma continental permanecían a 615 metros de profundidad…y había que rescatarlos. Pocos días después llegaba a las lejanas Salvages el ROV rescatador noruego. Tras un primer intento fallido (nervios…), el 6 de Julio salia a flote uno de los pocos ROVs en el mundo capaces de explorar fondos de 6000 metros de profundidad. «ROV Luso foi recuperado do fundo do mar«, podía leerse en los principales rotativos del país. Aínda bem…

(La serie Alargar Portugal concluirá con una tercera entrada ilustrada sobre los fondos marinos de las Islas Salvages, muy pronto)

2 respuestas a “Alargar Portugal (II): la campaña

Add yours

  1. Ya tenía yo ganas de leer un pequeño resúmen de esta interesante e importante expedición!!Aunque ya había leído algo en los blog de las Salvagens. Espero impaciente la tercera entrada. Enhorabuena!

Deja un comentario

Blog de WordPress.com.

Subir ↑